—Claro —concedió Anne—. Pensé que lo habías comprendido. Él está dentro de cada uno de nosotros, y es una forma de vida superior como aquella a que nos estamos refiriendo. Su presencia sería, sin ninguna duda, más manifiesta. Pero... déjame que te cuente el chiste del gato.
«Es muy breve y simple. Una anfitriona da una fiesta y tiene un magnífico filette de dos kilos y medio sobre la mesa de la cocina, con el que preparará la cena. Ella está conversando con los invitados en la sala... Toma unas copas y todo eso. Luego vuelve a la ccocina para freir el filete y se encuentra con que ha desaparecido. Y allí está el gato de la familia, en un rincón, lavándose tranquilamente el hocico.»
—El gato se comió el filete —dijo Barney.
—¿Lo hizo? —La anfitriona llama a los invitados; todos disccuten sobre el particular. El filete ha desaparecido, los dos kilos y medio; allí está el gato, que parece satisfecho y contento. «Pesemos el gato», sugiere alguien. Todos habían tomado unas copas de más; les parece buena idea. Así que se dirigen al cuarto de baño y pesal el gato en la báscula. Marca exactamente dos kilos y medio. Todos lo comprueban, y uno de los invitados dice: «Bien, eso es. Ahí está el filete». Todos se sienten satisfechos al saber lo que sucedió; tienen una prueba empírica. Entonces una duda asalta a uno de ellos, que exclama, confundido: «Pero ¿dónde está el gato?».
"Los tres estigmas de Palmer Eldrich"
Philip K. Dick (Traducción Jordi Arbonés)
1964
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