martes, 10 de marzo de 2015

La capa de Dazai

  Definitivamente, la vida es una gran espiral de fichas de dominó: cuando le pegas a la última terminarás tumbando la primera sin importar que haya mil fichas más entre ellas dos.
  La ficha de dominó llamada Dazai Osamu me pegó sin esperarlo, qué va, ni siquiera imaginarlo, a pesar de lo evidente que era.
  La primera vez que lo tuve enfrente, por así decirlo, fue cuando "Yarō Sensei" se empecinó a que tenía que leer más en japonés porque yo era la peor de la clase, y según su "criterio" se debía a que "yo no estudiaba". Pareciera que Yarō Sensei nunca le dio clases a occidentales, y ésta pensaba que un mexicano puede aprender "naturalmente" kanji como lo hace un chino. En fin, le vi el lado amable a la situación y acepté la ayuda. Así llegó "Hashire Meros" (Corre, Meros), con una portada que más bien parecía un manga de baja calidad. Esto fue hace, ¿tres años? El lomo era color verde fosforescente.
Ya en Tabata, sentada en mi escritorio, intenté  leer la primera página... Y no pasé de ella. Shiranai kanji, shiranai kanji, shiranai kanji BAKKARI... Lejos de sentirme curiosa por querer saber qué diablos estaba escrito ahí, me sentí decepcionada de mí, del japonés, de Yarō Sensei, de la escuela...
Regresé el libro sin leer y sin ninguna gana de buscarlo en español para, de perdido, saber de qué se trataba la tan famosa novela, o quién era ese tipo, ese tal Dazai Osamu que la había escrito.

  Heme aquí ahora, tres años después, con cámara en mano enfrente al Salón Literario dedicado a Dazai Osamu. La primavera se acerca como una tímida doncella virginal en su primera noche de amor, y la verdad, el domingo hizo frío y era un día de esos que no me gusta tomar fotos, sí, un día sin sol (un lente con F1.4 me haría sentir menos preocupada pero, Dios, este año, es mi año de las vacas flacas, y ahora debo ahorrar yenecito por yenecito, impensable comprar un nuevo objetivo). Me aguanté y salí con mi único lente (cuya apertura empieza desde el F3.5). Tampoco tengo filtro de ningún tipo. Los reflejos en las puertas, en las vitrinas, en todo vidrio, quedó irremediablemente estampado en las fotografías.
  El saloncito me pareció modesto, y la Dama Misterio me insistía "pero mira, ¿cuál de los otros autores japoneses tiene su salón? ¿Y quién tiene su ruta?".
  La Dama Misterio tiene toda la razón. El autor aún mueve el corazón de la gente, aún tiene su pegue, pues. En el salón están las obras de Dazai en sus primeras ediciones. Y hay una barra de cantina para evocar la barra en la que bebía su whisky el escritor japonés. Y bien, estamos en Tokio, y el merchadising está en todo recoveco de la ciudad, hasta en lo más sobrio. Detrás de la barra tenían hasta galletitas con la silueta de Dazai a un precio que preferí no indagar.
Galletas, plumas, legajos, pañuelos, playeras...

  Todo me pareció un tanto trivial hasta que apareció la capa.
En el salón tienen una replica de la capa que solía vestir el escritor. Cuando la vi no pensé nada en particular, tampoco sentí emoción. Entonces, le dije a la Dama Misterio que se la probara y que le tomaría una foto. Pero ella, con un pudor peculiar, se negó y me pidió que yo la vistiera primero. Es parte del recorrido, pensé, y entonces, dejé que una de las mujeres que atienden el salón me la pusiera y me abrochara los botones. Por un momento dejé de ser la cosa que soy y me sentí el hombre, el mujeriego, el sensible, el incomprendido, el literato, el artista, el suicida. Por un momento el tiempo se detuvo, y Mitaka dejó de ser el barrio del Tokio Radioactivo para ceder a un espíritu que está oculto en sus calles, en sus barrios, y se convirtió en aquello que la nostalgia utiliza para causarnos comezón en el alma. La sensación duró lo que suele durar un chasquido...

  La Dama Misterio me regaló una playera con el estampado de la obra 櫻桃 y una pluma con lapicero.
  Ahora, hay una promesa para junio: visitar la tumba de Dazai Osamu.


jueves, 26 de febrero de 2015

Traicionado por su esposa

Una amiga me convenció de traducir esta historia de Osamu Dazai. Según lo que me platicó ella, esta fue la primera historia que escribió el autor. Honestamente, ya tenía mucho de no traducir cosas así (sí he estado traduciendo en estos meses pero sólo panfletos turísticos o de evacuación... que no es lo mismo que traducir literatura). Será que había abandonado por completo mi idea de traducir (cosas así) que con dificultad tomé las tres hojas de la historia y empecé a trabajar. Tan sólo tres hojas y me metí en la historia...
Los personajes: el protagonista, su amigo Shiota, la esposa del protagonista y "Tetsu".
La historia: ubicada en la década de los 20's, Tetsu ha venido a Tokio a visitar a su novio Shiota (que es el amigo del protagonista). La pobre se lleva la sorpresa que Shiota ya no la ama y la manda de regreso al pueblo en el tren. El protagonista se ofrece tontamente a despedir a Tetsu a la estación. Obliga a su esposa a que lo acompañe pensando que, al ser las dos chicas de familia pobre, seguro sabría cómo consolar a Tetsu.
En el relato se menciona muchas veces el nombre de Tetsu. Y siento que es a propósito, no sólo mencionarlo, sino hasta la elección del nombre. "Testu" significa "hierro". El tren y Tetsu hubiera sido mi título.

"El tren"
Osamu Dazai
Historia original en japonés: http://www.aozora.gr.jp/cards/000035/files/312_34638.html


Echando humo negro y entre una fría lluvia, el tren número 103 esperaba a que diera la hora de su salida. Caminamos buscando a Tetsu cuidadosamente en cada ventanilla del tren. Ella estaba sentada en el vagón de tercera clase justo detrás de la locomotora. Yo la había visto una vez, hace tres o cuatro años, cuando Shiota me la presentó. Al ver su rostro de nuevo noté que había empalidecido muchísimo, y el área del mentón le había engordado. Ella no había olvidado mi cara, así que cuando le hablé, de inmediato sacó medio cuerpo por la ventanilla del tren, y me regresó alegremente el saludo. Le presenté a mi mujer. La razón por la cual le había pedido a mi esposa que me acompañara era que, al igual que Tetsu, ella era una chica de familia pobre. Estaba convencido que mi esposa era la más adecuada para consolarla. Sabría qué palabras ambles decir y qué actitud tomar delante de ella. Sin embargo, me traicionó completamente. Tetsu y mi esposa sólo se saludaron haciendo una reverencia en silencio como dos damas de sociedad. Me sentí profundamente incómodo y me quedé ahí golpeteando con el mango de mi paraguas un código en el costado del tren, de pintura blanca y en donde estaba escrito en pequeñito “SUHAFU 134273”.


一〇三号のその列車は、つめたい雨の中で黒煙を吐きつつ発車の時刻を待っていた。私たちは列車の窓をひとつひとつたんねんに捜して歩いた。テツさんは機関車のすぐ隣の三等客車に席をとっていた。三四年まえに汐田の紹介でいちど逢ったことがあるけれども、あれから見ると顔の色がたいへん あご白くなって、 頤のあたりもふっくりとふとっているのであった。テツさんも私の顔を忘れずにいて呉れて、私が声をかけたら、すぐ列車の窓から半身乗り出して嬉しそうに挨拶をかえしたのである。私はテツさんに妻を引き合せてやった。私がわざわざ妻を連れて来たのは妻も 亦テツさんと同じように 貧しい育ちの女であるから、テツさんを慰めるにしても、私などよりなにかきっと適切な態度や言葉 をもってするにちがいないと独断したからであった。しかし、私はまんまと裏切られたのである。テ ツさんと妻は、お互に貴婦人のようなお辞儀を無言で取り交しただけであった。私は、まのわるい思 いがして、なんの符号であろうか客車の横腹へしろいペンキで小さく書かれてある スハフ134273という文字のあたりをこつこつと洋傘の柄でたたいたものだ。



viernes, 30 de enero de 2015

«Aki no está»

     Tampoco estaba cuatro meses atrás. La dejamos en Japón cuando vinimos de viaje de estudios, los de la clase de bachillerato. Desde una ciudad japonesa cerca de Australia hasta una ciudad australiana cerca de Japón. En una ruta así, no hay que hacer escala a medio camino para repostar combustible. Por esa curiosa razón aquella ciudad había entrado a mi vida. La había encontrado hermosa. Todo cuanto veía me parecía diferente, exótico, fresco. Aki existía. Aki lo estaba viendo a través de mis ojos. Pero ahora, vea lo que vea, no siento nada. ¿Qué diablos debería mirar yo aquí?
     Eso es porque Aki se ha ido. Porque la he perdido Ya no hay nada que desee ver Ni en Australia, ni en Alaska, ni en el Mediterráneo, ni en la Antártida. En este mundo, vaya a donde vaya, siempre me sucederá lo mismo. Por más maravilloso que sea el paisaje que tenga ante los ojos, nunca me emocionaré; la más hermosa de las vistas no me gustará. Ha desaparecido la persona que me hacía desear ver, saber y sentir..., incluso vivir. Ella ya no volverá a estar jamás a mi lado. 
     Sólo cuatro meses. Sucedió en el tiempo en que una estación da paso a otro. Una chica se fue sin más de este mundo. Un hecho insignificante, sin duda, si a ella la consideras uno entre seis mil millones de seres humanos. Pero yo no estoy con esos seis mil millones. A mí, una sola muerte me ha despojado de todas mis emociones. Aquí es donde estoy yo. Donde me encuentro sin ver nada, sin oír nada, sin sentir nada. Pero ¿estoy aquí realmente? Y si no, ¿dónde estoy, entonces?

"Un grito de amor desde el centro del mundo"
Kyoichi Katayama
Editorial Punto de Lectura, México
2001


miércoles, 28 de enero de 2015

Sueño con Aki

     Dirigí los ojos hacia la pequeña urna que la madre de Aki llevaba en los brazos. Dentro de aquella urna vuelta en un precioso brocado, ¿estaba realmente Aki?
     Poco después de que despegara el avión, me dormí. Y tuve un sueño. Soñé con Aki, cuando todavía estaba bien. En el sueño, ella me sonreía. Con su sonrisa de siempre, un poco cohibida. «¡Saku-chan!», me llamaba. Su voz permanece claramente en mis oídos. «¡Ojalá el sueño fuera realidad y la realidad fuese un sueño!», pienso. Pero es imposible. Por eso, al despertarme, siempre estoy llorando. No es porque esté triste. Es que, cuando regreso a la realidad desde un sueño feliz, me topo con una fisura que me es imposible franquear sin verter lágrimas. Y eso, por más veces que me ocurra, siempre es así.

"Un grito de amor desde el centro del mundo"
Kyoichi Katayama
Editorial Punto de Lectura, México
2001

jueves, 22 de enero de 2015

Martes, 19 de enero (de 1926)

Martes, 19 de enero

     Vita me ha dejado hace un momento (20 minutos; ahora son las 7). ¿Cuáles son mis sentimientos? De una turbia niebla de noviembre; las luces mortecinas y húmedas. Yo caminaba hacia el sonido de un organillo de Marchmont Street. Pero esto se dispersará; entonces la querré, clara e inconfundiblemente. Y luego no... y así sucesivamente. Éste es el sentimiento humano normal, creo. Uno desea terminar las frases.Uno dese ese ambiente... para mí tan rosado y tranquilo. Ella no es inteligente; pero sí abundante y fructífera; también sincera. Utiliza tantas fuentes de vida: reposo y variedad, fue su propia expresión, sentada en el suelo esta tarde bajo la luz de gas. Anoche cenamos en el Ivy con Clive; luego ellos tenían una fiesta, de la que yo me abstuve. Oh, y mezclado con todo esto está el hecho vigorizante de haber empezado de nuevo mi novela, en el estudio, por primera vez esta mañana. Todas estas fuentes juegan en mi ser y se entremezclan. Siento una falta de estímulo, de días señalados, ahora que Vita se ha ido; cierto patetismo común a todas estas despedidas; y ella tiene 4 días de viaje por la nieve.

Diarios 1925-1930
Virginia Woolf
Editorial Siruela

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