Martes, 19 de enero
Vita me ha dejado hace un momento (20 minutos; ahora son las 7). ¿Cuáles son mis sentimientos? De una turbia niebla de noviembre; las luces mortecinas y húmedas. Yo caminaba hacia el sonido de un organillo de Marchmont Street. Pero esto se dispersará; entonces la querré, clara e inconfundiblemente. Y luego no... y así sucesivamente. Éste es el sentimiento humano normal, creo. Uno desea terminar las frases.Uno dese ese ambiente... para mí tan rosado y tranquilo. Ella no es inteligente; pero sí abundante y fructífera; también sincera. Utiliza tantas fuentes de vida: reposo y variedad, fue su propia expresión, sentada en el suelo esta tarde bajo la luz de gas. Anoche cenamos en el Ivy con Clive; luego ellos tenían una fiesta, de la que yo me abstuve. Oh, y mezclado con todo esto está el hecho vigorizante de haber empezado de nuevo mi novela, en el estudio, por primera vez esta mañana. Todas estas fuentes juegan en mi ser y se entremezclan. Siento una falta de estímulo, de días señalados, ahora que Vita se ha ido; cierto patetismo común a todas estas despedidas; y ella tiene 4 días de viaje por la nieve.
Diarios 1925-1930
Virginia Woolf
Editorial Siruela
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