domingo, 17 de mayo de 2009

Narciso y Goldmundo

Después de haber terminado de leer, El Golem, sentí un gran mal sabor de boca en mí y cuando esto me pasa, siempre regresó a mi querido Hermman Hesse. Y para mi "recuperación" escogí "Narciso y Golgmundo"; ¡Qué hermosa historia! No puedo creer con que facilidad me puede enganchar este hombre. Sus forma de escribir es lo que siempre me ha atraído a él, y porque lo considero, mi autor favorito.
Narciso y Goldmundo, relata la vida de dos hombres con ideales diferentes y encaminados a cumplir sus destinos de acuerdo a sus principios. Goldmundo es un joven gallardo, rubio y de mirar de niño inocente, mientras que su contra parte, Narciso, es un chico esbelto, de cabellos oscuros y lleno de sinceridad. Cada uno, con talentos diferentes y dispuestos a entregar sus vidas al servicios de Dios; sin embargo, Narciso, hace "despertar" a su amigo, Goldmundo, a un vida que estaba predispuesto desde su nacimiento, iendo al destino de la "Madre". Y es aquí, cuando, los senderos de ambos jóvenes se birfurcan a distintos lugares.
Sin lugar a dudas, Hermman, deseaba poner en comparación a los dos jóvenes, no tanto que fueran amigos, sino que demostrar, lo que el arte y la filosofía podrían a llegar a "diferir" una de la otra. Por una parte tenemos la filosofía de Narciso que encuentra fascinación en Goldmundo, que es un artista innato, y pone a prueba todos sus conocimientos, sobre su amigo. A pesar de ser advertido por el Abad, hace el experimento que él mismo inventó, sobre el conocimiento del "yo" verdadero de cada hombre, en un chico, que nunca consideró una persona completa; cuando Goldmundo se percata que su vida ya no puede seguir el mismo rumbo, se lanza a la búsqueda de la Madre verdadera, aquella que ha olvidado por verguenza o recelo de su padre.
Una historia muy interesante y llena de especulaciones, contradicciones entre ambas personalidades y como siempre, muy al estilo de Hermman Hesse.
¿Por qué la vida no podemos verlas como en la novela esta nos la especula? O mejor aún, ¿por qué no podemos verla desde el ángulo de Narciso o Goldmundo? Un Abad y el otro vagabundo. ¿Acaso la vida no está llena de filosofía y arte?
Uno puede llegar a pensar, "yo prefiero ser como Narciso, que llegó a termino sus desiciones y palabras" sin embargo, siento, que es más sabio, ser más como Goldmundo, quién se entregó completamente a Dios de la manera que uno debe de hacerlo: entregándose a su destino y aceptando su verdadera personalidad.

1 comentario:

Minako Readman dijo...

ah pues esta novelita suena un tanto yaoiezca, no? XD
siempre Hesse retrató ese estado del ser que nunca llega a ser, como en el caso de "Bajo la rueda", una persona que debió ser algo, elegir cierto destino y que sin embargo, la sociedad siempre lo frustra.
qué te vas a leer ahora Winsy?

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