martes, 25 de noviembre de 2008

Irradiar belleza

No habían florecido aún los lirios amarillos, pero en el puente de piedras las flores de lis se apuntaban púrpuras y blancas en las matas de hojas verdes. Su mirada fue atraída por el lomo brillante de un escarabajo, que había estado inmóvil en el alféizar y ahora avanzaba decidido a entrar en la habitación. Dos franjas rojizas recorrían a lo largo su concha ovalada verde y oro. Movía sus antenas con cautela al avanzar, y todo su aspecto recordaba a Kiyoaki las minúsculas maravillas de un joyero. En medio del remolino destructor del tiempo, qué absurdo era que tan insignificante animalillo tuviera que resistir por sí mismo en su inseguro mundo. Mientras lo observaba iba gradualmente quedando fascinado. Poco a poco el escarabajo se acercaba más a él. Su cuerpo resplandecía como si quisiera dar la impertinente lección de que cuando se atraviesa un mundo, cualquiera que fuese, lo único importante es irradiar belleza.

"Nieve de primavera"
Yukio Mishima
Alianza Editorial, 2007

2 comentarios:

Unknown dijo...

Oye, ta chidito, como que esta medio fumadillo, pero me gusto; me prestas uno? no te lo voy a despreciar... Oki?

Minako Readman dijo...

ah no me chingues pinche Wins! siempre desprecias mis libritos!
no quisiste ni hojear mi Kitchen de Banana Yoshimoto ¬¬U(y eso que el libro te lo acabas en un par de horas a lo muuuuucho!)

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