jueves, 18 de junio de 2009

El Angel Caído, Shepyro el canto segundo.

Después de leer la gran obra de Hermman Hesse, no pudé continuar leyendo el libro de Steven King debido a que era el último tomo de una serie de 8, por lo mismo, tuve que seleccionar otro mientras encontraba el primer tomo de la Torre Oscura, si alguien puede decirme donde poder comprarlos, se lo agradecere mucho.

Mi seleción fue el libro de Arturo Anaya, El Angel Caído, shepyro canto segundo y noté la diferencia notable de escritores. Un libro de lectura sencilla y ligera, donde sacrifico la prosa y no dedicó gran dramátismo a los personajes. Carece de algunos detalles peculiares, que una buena novela siempre contiene sin embargo no todo es malo, es una muy buena historia.


Trata de la vida de un niño llamado Liutprando, hijo de un angel famoso llamado Arel, el guardián de una espada de fuego que permitirá ganar una batalla entre los hijos de Dios, los angeles.
Liut, como algunos lo han llamado, va conociendo parte de su interior y conocer su motivo principal en su destino. Lleno de emotivos momentos y de buenas bromas, Liutprando conocera el motivo principal de Dios y su creación.

Para mi, es una novela sencilla y que los niños pueden familiarizarse e imaginarse, las grandes aventuras de Liut. Tal vez, Arturo Anaya, deseaba dar ese toque especial que Walter Moers dió en su libro "La Ciudad de los Libros Soñadores" pero se quedo muy atrás del objetivo.
Para ser una obra completamente mexicana, tiene un inicio bueno y esperaremos a que esto valla mejorando. Se ha programado para este año, un filme del mismo libro, donde los Zurita, son los encargados de la mayor parte de esta producción.
Para aquellos que desean más información de esta producción cinematográfica pueden consultar en su página: El Fin del Mundo esta Cerca ó en su blog: Angel Caido Canto Segundo, como también tiene su blog del comic: Monte Angelis.
En conclusión, Anaya, creo un hermoso cuento para niños el cual, sin lugar a dudas, encantará a todos por igual.

viernes, 29 de mayo de 2009

Paseo de las Ideas de Berlín

Edificio levantando en el Paseo de las Ideas de Berlín, en 2006, para conmemorar la invención de la imprenta a cargo de Johannes Gutenberg.

El arte y las palabras jamás morirán, eh.

La muerte en Venecia

"...El arte es vida potenciada. Procura un goce más intenso, pero consume más de prisa."

Gustav von Aschenbach era de estatura ligeramente inferior a la mediana, moreno, e iba siempre bien afeitado. Su cabeza parecía un tanto grande en comparación con el cuerpo, casi quebradizo. Una cabellera peinada hacia atrás, rala en la coronilla y abundante y muy canosa en las sienes, encuadraba su frente alta, surcada por arrugas que hacían pensar en cicatrices. El puente de sus gafas de oro, sin aros en los cristales, se hundía en la base de la nariz, recia y de perfil noble. La boca era grande, lánguida unas veces, y otras, tensa y brusacamente fina; tenía magras y surcadas mejillas, y un suave hoyuelo dividía su bien moldeada barbilla. Importantes destinos parecían haber discurrido por esa cabeza que tendía a ladearse con aire de sufrimiento; y, sin embargo, en su caso había sido el arte el forjador de la fisonomía, obra, normalmente, de una vida difícil y agitada. Detrás de aquella frente había surgido las brillantes réplicas del diálogo entre Voltaire y el rey de Prusia sobre la guerra; esos ojos cansados y de mirar profundo habían visto el sangriento infierno de los lazaretos en la guerra de los Siete Años. Pues también desde una perspectiva personal, el arte es vida potenciada. Procura un goce más intenso, pero consume más de prisa. Imprime en el rostro de sus servidores las huellas de aventuras espirituales e imaginarias y, a la larga, engendra en el artista, por más que éste vida exteriormente inmerso en una paz convencional, cierta hipersensibilidad refinada, un cansancio y una curiosidad nervioso que una vida colmada de gozos y pasiones turbulentas apenas conseguiría despertar.

La muerte en Venecia
Thomas Mann
1912

lunes, 25 de mayo de 2009

Crónicas Marcianas

Supongamos, al mero estilo del capitán John Black, protagonista de la tercera crónica, supongamos que los viajes a Marte hubieran sido posibles desde hace mucho, mucho tiempo atrás, y que aquel Marte, tal y como en los años cincuentas se lo imaginaban hubiera existido, ¿cómo hubiera sido la colonización de Marte por parte de los terrestres? ¿Terrícolas y marcianos hubiera vivido en paz y armonía, respetando sus culturas, mostrando empatía e interés por sus tan distintos estilos de vida?
Publicada en 1950, Ray Bradbury nos ofrece sus "Crónicas Marcianas", un libro que tal y como su título lo expresa, es una serie de narraciones cronológicas desde el primer viaje a Marte en 1999 hasta un desenlace trágico por parte de la humanidad terrestre.
Bradbury expresa a lo largo de sus crónicas los matices de la sociedad que le tocó vivir. El racismo, la censura a la libre expresión, la guerra y las bombas atómicas, la degeneración de la humanidad misma, la forma pobre en cómo tratamos nuestro mundo y a nuestra especie.
A pesar de ser un libro de ciencia ficción, si uno puede leer más allá, Bradbury nos expresa un mensaje de paz y reflexión sobre nuestro mundo.
Su escritura es sencilla y amena. Si no te quieres quebrar el coco con prosas complejas, y quieres leer algo sustancial y entretenido, Crónicas Marcianas es una excelente opción.

En particular hay dos crónicas que me pasaron a encantar. Aquí les dejo el capítulo completo de la crónica "La tercera expedición", que a grosso modo, trata del tercer viaje que hace un grupo de hombres hacia el cuarto planeta y que al llegar, ¡encuentran un pueblo tal y como los había en los años veinte en los EU! ¿Es posible que los marcianos hayan evolucionado paralelamente y de la misma forma que nosotros? Ah, y no sólo eso, ¿que pasaría si no se tratara sólo de un pueblo parecido a los terrestres sino que fuera como el Cielo donde los seres queridos que han muerto habitan ahí?

domingo, 17 de mayo de 2009

Narciso y Goldmundo

Después de haber terminado de leer, El Golem, sentí un gran mal sabor de boca en mí y cuando esto me pasa, siempre regresó a mi querido Hermman Hesse. Y para mi "recuperación" escogí "Narciso y Golgmundo"; ¡Qué hermosa historia! No puedo creer con que facilidad me puede enganchar este hombre. Sus forma de escribir es lo que siempre me ha atraído a él, y porque lo considero, mi autor favorito.
Narciso y Goldmundo, relata la vida de dos hombres con ideales diferentes y encaminados a cumplir sus destinos de acuerdo a sus principios. Goldmundo es un joven gallardo, rubio y de mirar de niño inocente, mientras que su contra parte, Narciso, es un chico esbelto, de cabellos oscuros y lleno de sinceridad. Cada uno, con talentos diferentes y dispuestos a entregar sus vidas al servicios de Dios; sin embargo, Narciso, hace "despertar" a su amigo, Goldmundo, a un vida que estaba predispuesto desde su nacimiento, iendo al destino de la "Madre". Y es aquí, cuando, los senderos de ambos jóvenes se birfurcan a distintos lugares.
Sin lugar a dudas, Hermman, deseaba poner en comparación a los dos jóvenes, no tanto que fueran amigos, sino que demostrar, lo que el arte y la filosofía podrían a llegar a "diferir" una de la otra. Por una parte tenemos la filosofía de Narciso que encuentra fascinación en Goldmundo, que es un artista innato, y pone a prueba todos sus conocimientos, sobre su amigo. A pesar de ser advertido por el Abad, hace el experimento que él mismo inventó, sobre el conocimiento del "yo" verdadero de cada hombre, en un chico, que nunca consideró una persona completa; cuando Goldmundo se percata que su vida ya no puede seguir el mismo rumbo, se lanza a la búsqueda de la Madre verdadera, aquella que ha olvidado por verguenza o recelo de su padre.
Una historia muy interesante y llena de especulaciones, contradicciones entre ambas personalidades y como siempre, muy al estilo de Hermman Hesse.
¿Por qué la vida no podemos verlas como en la novela esta nos la especula? O mejor aún, ¿por qué no podemos verla desde el ángulo de Narciso o Goldmundo? Un Abad y el otro vagabundo. ¿Acaso la vida no está llena de filosofía y arte?
Uno puede llegar a pensar, "yo prefiero ser como Narciso, que llegó a termino sus desiciones y palabras" sin embargo, siento, que es más sabio, ser más como Goldmundo, quién se entregó completamente a Dios de la manera que uno debe de hacerlo: entregándose a su destino y aceptando su verdadera personalidad.

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