jueves, 17 de mayo de 2007

Al Faro

Al Faro (1927) majestualmente concebida, cuyos diálogos internos de los diversos personajes forman el argumento en sí de la historia. Para mi humilde opinión, estoy maravillada en el proceso en cómo Woolf hacía hablar a sus personajes, y con una tan sútil manera tácita te lleva a sus escenarios ingleses de principios del siglo XX. Leerlo me ha parecido como ver una película en donde todas las escenas son importantes, y son vistas en cámara lenta y en close-up. El fino detalle de las conversaciones y reflexiones internas de cada uno de los personajes fue uno de los aportes más importantes de la escritora, ayudando a la renovación de la novela clásica que autores como las hermanas Brontë, Charles Dickens, Gustave Flaubert y Jane Austen habían legado.


Es lícito, incluso al héroe al punto de morir, pensar cómo han de hablar de él los hombres en el porvenir. Quizá dure su fama dos mil años. -¿Y qué son dos mil años?- preguntó irónicamente Mr. Ramsay, fijos los ojos en el seto. ¿Qué es en verdad, el interminable transcurso de los años, contemplando desde la cumbre de una montaña? Más que Shakespeare durarán las piedras que pisamos con nuestros zapatos.

3 comentarios:

Unknown dijo...

La autobiográfica Al faro (1927), donde la influencia de la psicología freudiana se hace evidente y en la que consigue expresar los sentimientos interiores de los personajes, y grandes efectos psicológicos por medio de imágenes, metáforas y símbolos. ^^ Algo digno de leer.

Nekomancer dijo...

jajajajaja XD pinche Woolf, buena comparacion!!

Hola piedritas inmortales!

Minako Readman dijo...

jajajaja neta Chibi! tiene un toque hermoso de ironía! Una muy "poética" forma de decirnos la neta de las cosas: hasta unas simples piedras trascienden más que nosotros!

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