miércoles, 18 de abril de 2012

Fabularios

¡No podría creer lo genial que es este hombre! ¡No cabe duda que es lo mejor de lo mejor! Si, realmente necesitaba un poco de mi Hesse para poder solventar las pérdidas de las alegrías y cosas espontaneas que día a día, el Creador, nos presta. Estaba pensando que este libro, sería algo parecido a cuentos de terror o suspenso, algo similar a sus cuentos... Sin embargo, él hace una serie de relatos contados en singular perspectiva; Desde un demonio, un niño o un simple contrabandista. Singulares historias son las que Hesse hace crecer y soñar, al estar leyendo este libro que vine comprando en los libros usados. "Basura para unos y joyas para mí"
No puedo redactarlas todas pero creo que sería bueno contar las que más me gustaron, señalar los puntos que más me atraen de este autor. Por ejemplo: Hannes, el hijo que un artesano y medio hermano del otro, se siente diferente a las perspectivas de ambos, y se retira a la selva para poder tener un dialogo personal con Dios. Estando en la selva se convierte en un tipo de ermitaño y sin querer una mujer, dispuesta a suicidarse, con amor y sinceridad, Hannes le hace ver que no tiene por qué hacerlo y sin querer, este le salva la vida; la mujer agradecida, regresa nuevamente con éste y le lleva a su esposo que estaba desvalido por falta de empleo, y al igual que su mujer, también logra que tenga la paz que ambos necesitaban. Con el tiempo, el pueblo entero se entera de Hannes y no hubo uno que mencionó que el hombre ermitaño de la selva, era un santo de Dios. Llegó una enfermedad al pueblo y llenos de temor, acudieron a Hannes; él, poco sabía del mal que aquejaba al pueblo, porque por vez primera bajaba a ellos, solo para enterarse que la enfermedad que mencionaban era la peste. Sabiendo que él no era ningún santo, dice que recurrirá a la oración con Dios, para ver que podía hacer por ellos. Satisfechos dejaron ir al hombre, y al tiempo que volvió, este dijo que Dios no había hablado con él y que nada podía hacer por ellos. El pueblo encarecido por tal respuesta, dijeron: "Si vives como Dios, morirás como Él" y fue crucificado a la entrada del pueblo. Esa historia me causó un gran sentimiento que me hizo entender un poco las palabras que Hesse hace, algo similar en Narciso y Golmundo.
Otra que me pasó a encartar es la de los "Tres tilos", "Interior y Exterior" y su frase que me dio mucha lata entender: ..."Nada es exterior, nada es interior, pues lo que es exterior es interior"; Y por último, "El Enano", esta fue la única que no leí. Y diré porque: esta historia ya anteriormente la había visto en una película; que sin querer, me dio curiosidad y quise verla. La historia trata de un Enano, que es muy inteligente y perspicaz, pero por ser de baja estatura, no puede aspirar a más y solo ser un simple bufón. Su dueña, una dama jovencita sin amabilidad por él o por cualquier cosa, es una mujer extraordinariamente hermosa y que es perseguida por cuanto galán la viese. Entre tantos, es acreedora por lo mismo por un ave y un perrito faldero, como muestras de cariño de ellos. Un día sin querer, la joven cierra la puerta de su habitación y lastima al perrito, lo que lo hace cojo de por vida. El enano, persuadió a la joven, que era fácilmente manipulable, que le diera dicho animalito y ella accedió. Con el tiempo, la joven se enamora de un pretendiente que era más cruel que ella. Y en un día que fue por la joven, el perrito corre y hace caer al joven, quedando en ridículo ante ella. Lleno de odio, tomó un cuchillo y decidido  asesinar al perrito, y el Enano, sabiendo el destino que le espera a su mascota, decide él, quitarle la vida ahogándolo en el río. No satisfecho con ello, el joven solo hace dar muerte al ave.
Este, el enano, había sido herido profundamente y quería venganza por hacerlo matar a su fiel amigo y con una serie de especies, prepara un veneno en una botella de vino que el mismo dio al amante de su dueña, pero no tonto, le dio de beber primero a él, para comprobar que no quería asesinarlo; sin poder evitarlo, el enano bebe del vino y entregando el vital líquido, lo bebe también él.
Al poco tiempo, en la góndola, ambos mueren y la joven queda trastornada, y desde el balcón que ella siempre estaba, gritaba a cuanto pasaba: "Salvarlo, Salvar al perro, al pequeño Fino (nombre del perrito)". Triste historia y una de las mejores redactadas.

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