Hilde estaba de acuerdo con
Alberto en que se estaba pasando al compararse a sí mismo con Dios y con la providencia divina. ¿Pero con quién estaba realmente de acuerdo en ese caso? ¿No era su padre el que había puesto esas palabras de reproche, o de reproche hacía él mismo, en boca de
Alberto? Llegó a pensar que la comparación con Dios no era tan mala a pesar de todo. Su padre era más o menos un dios omnipotente para el mundo de
Sofía.
"El mundo de Sofía"
Jostein Gaarder,
Patria/Siruela, 1991
Décima tercera impresión: 1997
p. 366