domingo, 23 de agosto de 2009

Sputnik, mi amor


"Sputnik, mi amor" (スプートニクの恋人)me llegó un día de agosto de la manera más inverosímil que jamás imaginé. ─Quiero que leas este libro ─me dijo cierto día mi Sputnik ─es de mis favoritos. Así que ya pueden imaginar todo lo que Sputnik tuvo que hacer para que me llegara este libro de edición española a casa. Buscar en internet, gastar algunos yens, subir el tren, dirigirse a la oficina de correos, para después esperar a que ésta Sumire de Monterrey, leyera su novela favorita.
Es una historia sencilla, al estilo existencial de Murakami. Un maestro de primaria enamorado de una joven intento de escritora, y ésta escritora enamorada de una bella mujer japonesa de raíces coreanas, muchos años mayor que ella, hilvan sus vidas por medio del hilo del destino y del amor. Un día la escritora desaparece, y el escritor y la mujer coreana tendrán que conocerse. Compartirán parte de sus vidas, contarán ciertos detalles, revelarán secretos, y al final, partirán.
Me he dado cuenta que las mujeres Murakami son así. Enigmáticas, enamoradoras, profundas y incomprensibles y al final, parten.
Me da gusto enterarme que mi bella Sputnik no fue una concepción más de la desesperenzada mente de Murakami.
Aquí dejo algunos fragmentos que me parecieron interesantes a mis puntos de vista personal, claro. Advierto, pueden considerarse spoilers.


Sputnik, mi amor

"De vez en cuando, Myû la invitaba a comer. Como negociaban con vino, debían recorrer con cierta asiduidad los restaurantes famosos para recabar información. Myû siempre pedía pescado blanco (alguna vez pollo, y dejaba la mitad), nunca tomaba postre. Estudiaba al detalle la carta de vinos y elegía una botella, pero jamás tomaba más de una copa."
p.56

"─Hace poco salió en el periódico ─dijo Sumire ignorando mis observaciones─ que las lesbianas lo son de nacimiento, que un hueso que tienen dentro del oído es claramente diferente al de las mujeres normales. (...) desde entonces no puedo dejar de pensar en ese huesesillo estúpido que está en el fondo del oído de todo el mundo. ¿Qué forma debe tener el mío?"
pp.62-63

"Y, en este punto, tomo prestados unos versos de Eugenio Oneguin de Pushkin:
No sentía el menor deseo
de hurgar en esta alta montaña de polvo
que son las gestas históricas de los pueblos."
p.68

"─La mayoría de personas de este mundo se encuadran a sí mismas dentro de una ficción."
p.74

"A veces me siento muy desamparada. La incertidumbrede cuando te encuentras de golpe desposeída de un marco en el que apoyarte. La pérdida del lazo de la fuerza de gravedad, la sensación de estar flotando sola por el negro espacio, a la deriva."
p.75

"─Dejando a un lado mi deseo de ser novelista, yo hasta ahora no había anhelado nada en la vida. Siempre me había contentado con lo que tenía, no necesitaba más. Pero ahora deseo a Myû".
p.78

"Está locamente enamorada de mí, y por eso, ya no entiende nada de nada. Ésta es la razón por la cual está enamorada de mí".
p.79

"Myû era muy hermosa."
p.107

"Recuerdo muy bien la primera vez que nos vimos, hablamos del Sputnik. Ella se refería a los escritores beatnik y yo los confundí con el Sputnik. Nos reímos y la tensión propia del primer encuentro desapareció. ¿Sabes qué significa sputnik en ruso? En inglés sería travelling companion. Compañero de viaje."
p.114

"Los periódicos son iguales en todas partes. Jamás dicen lo que a uno realmente le interesa."
p.118

"─He oído que en Corea se comen los gatos. ¿Es cierto?
─Yo también lo he oído, pero no conozco a nadie que se haya comido uno."
p.120

"─Oye ─dijo Sumire─, ¿puedo abrazarte?
─¿Quieres abrazarme?
─Sí."
p.131

"Y entonces lo comprendí. Habíamos sido unas magníficas compañeras de viaje, pero, en definitiva, no éramos más que dos solitarios pedazos de metal trazando su propia órbita cada una."
pp.133-134

"─¿No se te ha ocurrido que Sumire, en fin..., que Sumire se haya suicidado?"
p.137

"Aquella mujer amaba a Sumire. Pero no podía sentir por ella deseo sexual. Sumire amaba a aquella mujer y, además, la deseaba. Yo amaba a Sumire y la deseaba. Sumire me quería, pero no me amaba ni me deseaba. Yo podía sentir deseo por otras mujeres sin nombre, pero no las amaba. Era todo muy complicado. Como el argumento de una obra de teatro existencialista. Todas las cosas morían ahí, nadie podía ir a ninguna parte."
p.139

"Yo sólo escribía porque no podía estar sin escribir."
p.148

"¿Por qué no podía estar sin escribir? La razón es muy clara. Para reflexionar sobre algo, yo, previamente, necesitaba plasmar ese algo por escrito.
Ha sido así desde mi infancia. Cuando no entiendo algo, recojo, una tras otra, las palabras esparcidas a mis pies y las conformo en frases. Si no funciona, vuelvo a mezclar las palabras y las ordeno otra vez dándoles una forma distinta. Tras repetir varias veces el mismo proceso, al fin soy capaz de pensar como el resto de los mortales. Escribir jamás me ha parecido duro o pesado. Igual que otros niños recogían hermosas piedras o bellotas, yo escribía con entusiasmo. Tomaba papel y lápiz y, con la misma naturalidad con la que respiraba, escribía una frase tra otra. Y pensaba."
p.148

"Habitualmente, tomo consciencia de mi identidad en forma de palabras."
p.149

"¿Qué debe hacer, entonces, una persona para evitar el choque?
Lo que se debe hacer es soñar. Soñar y soñar. Entrar en el mundo de los sueños y no salir de él. Vivir allí eternamente."
pp.153-154

"Todas las cosas deben ser contadas cuando llega el momento. Si no, uno sigue eternamente encadenado a su secreto."
p.165

"─A mí, desde niña, me había gustado establecer mis propias normas, sin fijarme en lo que me rodeaba, y seguirlas. Era una niña independiente, concienzuda. Había nacido en Japón, iba a una escuela japonesa, había crecido jugando con amigos japoneses. Por eso me sentía completamente japonesa, pero, a pesar de ellos, era de nacionalidad extranjera. Para mí, en sentido extricto, Japón era, al fin y al cabo, un país extranjero."
p.187

"─Yo antes estaba viva, ahora todavía lo estoy, estoy realmente frente a ti, hablándote. Pero lo que hay aquí no es mi verdadero yo. Lo que ves no es más que una sombra de lo que alguna vez fui. Tú estás realmente viva. Pero yo no. Incluso las palabras que pronuncio ahora me suenan vacías como el eco."
p.189

"Sin decir nada, rodeo los hombros de Myû con un brazo. No encuentro las palabras adecuadas. Por eso, inmóvil, seguiré abrazándola hasta la eternidad."
p.189

"Amo a Myû"
p.189

"La luz de la luna distorcionaba todo sonido, borraba todo significado, extraviaba todo pensamiento."
p.202

"No teníamos más que un callejón sin salida que alargábamos tanto como podíamos."
p.208

"En la vida de las personas hay una cosa especial que sólo puede tenerse en una época especial."
p.208

"Hacemos cosas que no se pueden traducir en palabras (me diría tal vez Sumire)".
p.209

"Con todo, jamás volveré a ser el mismo. A partir de mañana seré una persona distinta. Pero nadie del os que me rodean se dará cuenta de que he vuelto a Japón transformado en otro. Porque exteriormente nada habrá cambiado. No obstante, algo, se irá. Con la mirada baja, sin una palabra. La puerta se abrirá, las puerta se cerrará. la luz se apagará. Para mí, tal como soy ahora, hoy es mi último día. Éste es mi último atardecer. Cuando amanezca, yo, tal como soy ahora, ya no estaré aquí. Una persona distinta habrá ocupado mi cuerpo."
p.210

"Y es que el mundo de los libros me parecía mucho más real que el mundo que me rodeaba."
p.228

"Que los seres humanos, al fin y al cabo, deben seguir su camino solos."
p.228

"No puedo discernir una cosa de otra, algo que existe de algo que no existe."
p.238

"Y lo que había quedado en ella no era la existencia sino la ausencia. No era el calor de la vida, sino la quietud del recuerdo."
p.239

"Ya ves, continuamos viviendo, cada uno a su manera, incluso ahora, pensé. Por profunda y fatal que se la pérdida, por importante que sea lo que nos han arrancado de las manos, aunque nos hayamos convertido en alguien completamente distinto y sólo conservemos, de lo que antes éramos, una fina capa de piel, a pesar de todo, podemos continuar viviendo, así, en silencio. Podemos alargar la mano e ir tirando del hilo de los días que nos han destinado, ir dejándolos luego atrás. En forma de trabajo rutinario, el trabajo de todos los días..., haciendo, según cómo, una buena actuación. Al pensarlo, me sentí terriblemente vacío."
p.240

"Quizá todas las cosas ya estén perdidas de antemano secretamente en algún lugar remoto. Al menos existe un lugar tranquilo donde todas las cosas van fundiéndose, unas sobre las otras, hasta conformar una única imagen. A medida que vamos viviendo no hacemos más que descubrir, una tras otra, como si tirásemos de un hilo muy fino, esas coincidencias."
p.241

"Sueño. A veces pienso que es la única acción correcta que puedo hacer. Soñar, vivir en el mundo de los sueños..."
p.241

viernes, 7 de agosto de 2009

Verdad

Entonces lo pensé. Que, en este mundo, lo que ven nuestros ojos no tiene por qué ser verdad.

Sputnik, mi amor
Haruki Murakami
(p.44)

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